Emociones positivas, emociones negativas
¿Qué son las emociones?
Las emociones son la vida misma. Conforman el tejido de nuestra vida cotidiana, le otorgan textura y consistencia tanto a nuestros mejores momentos como a nuestras dificultades y trastornos más dolorosos. Día a día somos llevados por nuestras emociones y muchas veces no es fácil saber cómo gestionarlas ni qué postura tomar frente a ellas. Para esto, conviene conocer acerca de la naturaleza y las características de las emociones.
La emoción proviene de la raíz latina emovere, « poner en movimiento », y es una experiencia psicofisiológica compleja e intensa de un individuo humano o no humano, y que tiene un comienzo repentino y una duración relativamente breve. La emoción está ligada a un objeto localizable cuando éste reacciona a las influencias bioquímicas (interna) y ambientales (externa). Se trata de sensaciones corporales de las que cobramos conciencia. Estas sensaciones pueden provenir de objetos del mundo exterior, al actuar y estar en contacto ellos, pero también pueden derivarse de los recuerdos, al estar en contacto con nuestros pensamientos e ideas.
Las emociones son a la vez un estado del cuerpo y una variación del cuerpo (Spinoza*). Son la manera en que estamos en contacto con el mundo, son “una tendencia a actuar en una dirección determinada” (Vigotsky*). Las emociones en esencia son la manera en que somos informados por la realidad, y tienen un valor tanto adaptativo como creativo. Nos permiten por un lado adaptarnos a situaciones nuevas que nos presentan retos y exigen hacer ajustes en nuestra forma de percibir la realidad, pero también, por otro lado, nos permiten crear nuevas formas de actuar y pensar frente a situaciones de la vida en general. Nos prepara para la acción, pero también nos impulsa a la reflexión y a la creación. Sin las emociones nos sería imposible comprender lo que sucede en el mundo, no podríamos construir alternativas frente a los problemas y dificultades de la vida que se nos presentan, ni tampoco podríamos transformar nuestra realidad al producir nuevos valores y sentidos.
Tipos de emociones: emociones positivas y emociones negativas
Existen dos tipos de emociones fundamentales, las emociones positivas y las emociones negativas. Entre las emociones positivas principales están la alegría, la gratitud, el amor, la admiración, la satisfacción, la amabilidad, y entre las emociones negativas, aunque inevitables, están la tristeza, el miedo, la culpabilidad, el resentimiento, el estrés, angustia. A grandes rasgos las emociones positivas son aquellas que aumentan nuestra potencia de actuar y de pensar, así como nuestra fuerza para existir, y las emociones negativas son todas aquellas que disminuyen nuestra potencia de actuar y de pensar, así como nuestra fuerza para existir. Esto no quiere decir que solo debamos tener emociones positivas y rechazar las emociones negativas. Ambas emociones son necesarias e importantes. Las emociones negativas, podría decirse, deben ser tratadas como una especie de trampolín que nos lanzan hacia las emociones positivas. En este sentido, puede afirmarse que las emociones son signos o indicadores, por ejemplo de que requerimos lograr un aprendizaje respecto a ciertos aspectos de la vida, o bien mejorar ciertos puntos de vista sobre alguna situación.
¿Las emociones negativas son malas?
Las emociones negativas no son malas en sí mismas, sino en tanto que se entronicen o tiranicen, por decirlo así, e impidan el paso de emociones positivas.
No es que las emociones negativas sean malas: lo malo, si podemos decirlo así, tiene que ver con un cierto modo inadecuado de vivir las emociones negativas. Este modo prioriza las emociones negativas a las positivas, o vive las emociones de tal modo que no permite salirse de las emociones negativas. Por ejemplo, experimentar tristeza tras la muerte de un ser querido o tras una ruptura, es un signo positivo que indica un manejo adecuado de la situación. Sin embargo, pasar 15 años encerrados en la tristeza debido a este evento sugiere un modo de vivir la situación que no permite salir de las emociones negativas. O bien, reaccionar con molestia hacia la persona que nos ha hecho mal, incluso modificar las condiciones de la relación (a manera de cobrarse), es signo también de un manejo adecuado de las emociones, y sin embargo quedar atrapado en el resentimiento, y no darle importancia a los esfuerzos de la otra persona para reparar el daño puede encerrarte en un resentimiento que impide una relación sana con el otro.
Estas formas de manejar nuestras tristezas negativas son inadecuadas porque nos conducen a un modo de vivir que nos quita fuerza y nos impide avanzar. El modo de vivir que prioriza las emociones negativas da cuenta de una cultura de la tristeza, en la que se considera las emociones negativas son una condición para el bienestar de las personas.
Las emociones negativas son una oportunidad para atender, escuchar y entender sobre asuntos pendientes que no marchan adecuadamente en nuestra vida.
Las emociones negativas no son obstáculos en en el camino de la vida, son parte del camino.
Signos de que no hay una gestión adecuada de las emociones
Si presentas algunos de los siguientes comportamientos o signos, es muy probable que estés atrapado en un mal manejo de las emociones.
- Evitar la familia o los amigos
- Estar convencido de que la vida no guarda cosas buenas para ti en el futuro
- Consumir mucho alcohol o drogas
- Pensar constantemente en eventos dolorosos
- Presentar problemas de salud mental como ansiedad, depresión y otras condiciones
- Ser incapaz de disfrutar el presente
- Planear vengarse de alguien
- Tener explosiones de ira
¿Se trata de controlar las emociones?
No se trata de controlar las emociones, sino de estar en armonía con ellas. De la misma manera que los marinos se sirven del viento para darle dirección a un navío, lo mismo podemos aprender a servirnos de las emociones, y utilizar su fuerza sin necesidad de dominarlas o aplacarlas.
Las emociones en esencia son la manera en que somos informados por la realidad, y por tanto tienen un valor tanto adaptativo como creativo. Nos permiten por un lado adaptarnos a situaciones nuevas que nos presentan retos y exigen hacer ajustes en nuestra forma de percibir la realidad, pero también, por otro lado, nos permiten crear nuevas formas de actuar y pensar frente a situaciones de la vida en general.
Referencias*
L. S. Vygotskii (1972) Spinoza's Theory of the Emotions in Light of Contemporary Psychoneurology, Soviet Studies in Philosophy
Fuente: Centro R&A Psicólogos